La brisa se mece desnuda
mientras dibuja unos sueños...
en las ondas del río
y en el jardín de los suspiros...
como se esconden las penas,
sin exhalar ni un gemido.
Sobre las hojas de mi cuaderno,
solo hablan los sentimientos,
todos siempre con el mismo ritmo...
Silencio...triste silencio...
que como mendigo espera
entre las espigas doradas del trigal el cariño.
Silencio...viejo silencio...
dame un consejo de amigo,
llename el pecho de calor...apartame el frío.
En mi relicario,
hay un montón de hojas secas
que no sueñan y tienen frío.
Silencio...dejame que sueñe
para no tener frío,
que me arrulle el Sol
y ese ruiseñor de los sueños
que con amor colgó en la luna su nido,
y el vaivén de la carne que siembra en el camino.
Yo, le pido al ruiseñor que me acurruque en su canto,
yo lo abrazaré con mis brazos,
que siempre esperan como un triste mendigo
que no sabe alzar la voz en su largo camino.
LUNAE
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